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Rusia + UE = ¿Gas?

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“La UE es el mayor socio comercial de Rusia, mientras que el petróleo y el gas representan un gran porcentaje de las exportaciones de Rusia a Europa. Cualquier receso en Europa tendrá “un impacto directo” en la economía de Rusia” Vladimir Putin.

Razón no le falta al recién elegido presidente ruso, no obstante la historia de las relaciones entre ambas partes requieren un análisis más profundo para conocer la realidad existente.

En los últimos años las posturas energéticas de ambas facciones han estado confrontándose de manera irracional. Desde la perspectiva económica uno posee el control sobre la oferta y el otro sobre la demanda, lo que provoca debates sobre el excedente económico. Una sartén con dos mangos.

La Unión Europea identifica la necesidad de diversificar su suministro de gas y las rutas de importación para garantizar “seguridad energética”. Algunas rutas de suministro de gas natural no son suficientemente seguras a causa de los países por los que transita. El origen de esta tendencia fue debido a la disputa entre Rusia y Ucrania sobre los precios de exportación de gas en 2009. Y, en efecto, Europa fue el mayor perdedor en ese momento. Desde la perspectiva actual, esta amenaza se ve disminuida debido a las mejores relaciones entre Rusia y Ucrania. Por otra parte, la creación de la Nord Stream, en funcionamiento desde 2011, ha hecho que Rusia sea capaz de desviar el gas sin entrar en conflicto con terceros países, lo que permite asegurar las entregas. Únicamente la falta de capacidad de reserva dentro de la red de gas europea puede perturbar el suministro seguro a todos los países de la UE.

A largo plazo la Unión Europea depende de las reservas rusas, que representan el 26 % del total mundial. Cualquier intento por diversificar las fuentes, ya sea a través de países como Noruega, Nigeria o Algeria provocaría que las reservas de estos se redujeran en demasía debido a la fuerte demanda europea y a las modestas reservas que poseen, lo que desembocaría en una mayor dependencia de Rusia. Además, actualmente Rusia no depende sólo de Europa, China y Japón se están convirtiendo en alternativas cada vez más reales.

Otras alternativas para la Unión Europea son Irán (15 %) o Qatar (14 %). Irán no es factible debido a las sanciones políticas y Qatar está presente en el mercado debido al Gas Natural Licuado. Tres actores para una misma función pero con modelos distintos, la producción de Rusia contrasta con la realidad de Irán que no se presenta como posible competidor en un futuro cercano. Además, no existe ninguna asociación como la OPEP del gas, lo que abre más opciones y crea mayor incertidumbre.

El gas pizarra no parece una posible solución para Europa debido al precio del terreno y las implicaciones medioambientales. Un rápido tránsito a las renovables es quizás el único camino a seguir. Por todas estas razones la balanza se inclina claramente hacia terreno ruso.

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