Ya introdujimos las microrredes a principios de año, hoy ampliamos la información con un pequeño resumen del documento que ABB ha publicado al respecto. El concepto de microrred existe desde hace mucho, en esencia se trata de una red a pequeña escala que reproduce las cuatro partes esenciales de la red eléctrica: generación, transmisión, distribución y consumo, manteniendo en equilibrio todas ellas.
¿Cuál es la diferencia entre las microrredes y las centrales virtuales de energía?
La principal diferencia es su vinculación geográfica con un lugar específico proporcionando fiabilidad y autonomía para los usuarios a los que sirven. La fiabilidad del sistema es quizás el aspecto más importante, los cortes por fallos en la distribución producen numerosos problemas a los consumidores y en algunos casos puede ser crucial disponer de energía. Sin embargo, la realidad de las microrredes hasta la fecha es poco positiva. Las instituciones no han apostado por esta tecnología debido al riesgo que conlleva. En muchos casos es difícil garantizar la autonomía. No obstante, la investigación al respecto prueba la viabilidad de estos proyectos. Sin irnos muy lejos, el proyecto Depoligen en el que colaboran distintas instituciones públicas y privadas (incluyendo Iberdrola y la Universidad de Salamanca) está desarrollando un sistema de poligeneración y gestión energética en Zamora.
¿En qué consiste exactamente una microrred?
El núcleo de cualquier microrred que opera dentro de un sistema de distribución más grande son los inversores, que cambian de AC a DC y viceversa. Son esenciales, ya que permiten la generación eléctrica, enfrentándose incluso a perturbaciones de la red. Estrechamente relacionados con los inversores, están los interruptores inteligentes que paralelamente pueden aislar la microrred de la general garantizando el flujo energético en todo momento.
En cuanto a la generación, la tecnología más común de las microrredes actuales son los generadores diésel. Sin embargo, se insiste cada vez que en la introducción de fuentes renovables, de hecho este es uno de los argumentos a favor de las microrredes. Dependiendo de los requisitos de tamaño y particularidades del lugar, pequeñas instalaciones solares o eólicas pueden ser usadas para satisfacer una parte sustancial de la generación. Las turbinas de gas ofrecen menos emisiones que los generadores diésel, sobre todo conociendo el panorama actual de los precios del gas. Finalmente, la generación de calor y energía combinados (CHP) es especialmente atractiva, ya que reduce los costes y aumenta la eficiencia del consumo de combustible.
¿Cúal es el mercado de las microrredes?
En la actualidad el mercado de las microrredes está orientado a las instituciones públicas. Estas instalaciones suelen hacer uso de los sistemas de cogeneración para maximizar la eficiencia y reducir la dependencia de la infraestructura local. La fiabilidad puede tener una importancia muy alta, sobre todo si el lugar incluye cargas vitales, tales como un hospital, y se encuentra en una zona rural que está sujeta a alteraciones más frecuentes de la fuente de alimentación. Aunque este segmento es probable que continúe representando una importante oportunidad para los proveedores, el mercado más activo en la actualidad se encuentra en las instalaciones militares, tanto de las bases fijas como de las móviles.
Otro de los focos de interés se ubica en instalaciones aisladas, que es perfectamente aplicable a países en desarrollo y puede suponer una alternativa al desarrollo convencional de la red eléctrica. Por último, hay un segmento del mercado de microrredes que a veces se pasa por alto que se conoce como carga crítica. Históricamente, este término ha sido asociado a instalaciones como hospitales o sitemas de telecomunicación. En los últimos años, sin embargo, una nueva instalación ha surgido no sólo como “crítica” desde una perspectiva empresarial, sino de la sociedad, los centros de datos. Actualmente representan un 1,5 % del consumo eléctrico y su importancia adquiere niveles muy superiores con el paso del tiempo.
Dada su flexibilidad inherente y la relativa facilidad de implementar, las microrredes ofrecen una alternativa interesante para la expansión de la infraestructura de energía existente. El valor de las microrredes se asocia principalmente a atender las necesidades de los usuarios dentro de sus límites operacionales. Y en un futuro cercano puede ser clave para dar soporte a muchas instalaciones.
