El crecimiento económico e industrial que ha caracterizado a China en los últimos años ha convertido a esta nación en uno de los principales actores políticos y económicos a nivel global. Esa nación también ha procurado dejar de ser un productor de manufacturas básicas con bajo valor agregado, dependiente de la mano de obra, para convertirse en una nación poderosa en términos tecnológicos con una industria innovadora, que se mantenga al tope en el surgimiento de los sectores económicos del futuro. En este sentido, China no se ha quedado atrás en el desarrollo de las energías renovables, hasta llegar al punto de que su industria solar sea motivo de gran preocupación en la consolidada industria norteamericana.
- Tomado de http://bit.ly/KWacjL
El asunto va de la siguiente manera. La industria china ha conseguido una estructura de costes que es muy competitiva con respecto a la norteamericana, lo que le ha permitido ganar terreno en el mercado de energía solar a nivel global, especialmente en el comercio de insumos con el país norteamericano; ante esto, la industria norteamericana ha acusado a la industria china de bajar artificialmente sus costos para ganar competitividad lo que según ellos correspondería a que China hace dumping en sus relaciones. Ante ello, el gobierno federal norteamericano ha reformado el texto comercial en su acuerdo con china para el sector de la energía solar, donde ahora los precios se incrementarán un 31%, en forma de un impuesto anti-dumping, para todo producto del sector que vaya al mercado norteamericano y provenga del país asiático.
El que tan cierto sea ese aspecto de dumping queda por verse, ya que claramente hay intereses económicos y políticos por detrás de la medida. Por un lado están los productores de celdas solares en Estados Unidos, quienes han perdido competitividad y se sienten amenazados por la industria china; estos son quienes apoyan la medida del gobierno. Pero por otro, se encuentran los productores de energía solar, quienes compran las celdas asiáticas, y estos afirman que la ventaja competitiva de la China es real, y que la medida perjudicará el precio final de la energía solar, afectando el impacto de la política norteamericana de transformación de la estructura energética.
La evolución de este conflicto comercial es interesante para todas aquellas naciones que le han apostado a las energías renovables, y no solo para las dos afectadas. Esto refleja que existe una transformación en la industria y que China está ganando terreno como productor de los insumos de la industria, con lo que gran parte de la tecnología y valor agregado relacionado a la energía solar se puede estar trasladando al país asiático. Es un caso interesante para seguir la evolución de la competencia, y final resolución de este conflicto, ya que al final reflejará la distribución global de fuerzas en la industria solar.
