En un post anterior se mencionó la batalla que están librando los productores de paneles solares en los Estados Unidos de América con respecto a la competencia que están recibiendo de la industria china y sus bajos costes; hecho que ha llevado al impuesto anti-dumping del 31% sobre las importaciones. Ahora bien, el asunto que queda por responder sería: ¿Cómo ha logrado la industria china llegar a esos niveles de competencia?, la respuesta resulta en el apoyo estatal que se le ha dado al sector, y que el gobierno asiático está dispuesto a aumentar en días recientes.
Así, el gobierno chino ha anunciado recientemente que está dispuesto a invertir USD $ 27 billones (en definición norteamericana) para promover objetivos estratégicos en materia energética, tales como: conservación, emisión de las reducciones y promoción de la energía renovable. En este sentido, es tradicional que dicho país se enfoque especialmente en la promoción de las energías solares y eólicas, como parte de su desarrollo. Gracias a esto, el país percibe que será capaz de reducir casi en un 45% su nivel de emisiones de CO2 para 2020 –con respecto a los niveles de 2003, continuando con un proceso que viene desde hace 7 años.
Esto se suma a los recientes anuncios de inversiones por parte de Alemania y de Arabia Saudíta, en cuanto a promoción de almacenamiento energético y al desarrollo potencial de energías renovables, respectivamente. Como se puede ver, a nivel internacional están apostándole fuertemente a la renovación de los sistemas energéticos, con miras a obtener esquemas de producción más eficientes, ambientalmente más amigables y que permitan un poco más de autosuficiencia energética. Estas oportunidades plantean alternativas interesantes para las empresas españolas, como precaución a posibles recortes en los apoyos públicos a inversiones en I+D para la sostenibilidad del sector; así será posible mantenerse a la vanguardia de la industria, sin asumir completamente el riesgo.