Movimientos de la demanda, y algunas características técnicas que impiden tener seguridad sobre las futuras condiciones de mercado, lo cual es más fuerte para el caso de las energías renovables. Es por esta razón que se han creado varias regulaciones en las cuales complejos mercados financieros son utilizados como mecanismos de distribución del riesgo asociado, además de ser formas de incentivar la existencia de sobrecapacidad y de gran cantidad de actores dispuestos a aprovechar las oportunidades que la incertidumbre genera.
Reducir esta incertidumbre era una de las principales funciones que se les otorgaban a las tecnologías de almacenamiento energético, en el que se podría regular las diferencias existentes en la demanda y la producción, principalmente en las horas pico. Pero, ahora las tecnologías de almacenamiento están siendo utilizadas no solo para reducir la incertidumbre, ¡sino también para aprovecharla! El mecanismo funciona así: las empresas acumulan energía en momentos en los cuales el precio de la energía es bajo y tan solo buscan satisfacer la demanda inmediata, dicha energía se guarda hasta el momento en el que los precios se encuentren en puntos más altos, momento en el que los agentes que han almacenado deciden participar en las subastas y ofrecer la energía acumulada a unos precios altos.
Este juego con las expectativas de precios permite obtener unas ganancias financieras gracias a la incertidumbre, en el que tener la posibilidad de almacenar la energía otorga la ventaja estratégica de entrar al mercado en el momento más rentable y abstenerse de entrar cuando los precios son bajos. Hasta el momento una de las principales maneras de rentabilidad de las tecnologías de almacenamiento era por medio de la regulación de la producción y, por tanto, del poder participar continuamente del mercado energético; pero ahora se abren nuevas oportunidades de negocio para aquellos que decidan adelantarse y ubicarse entre los primeros que inviertan en el sector de almacenamiento.
