Durante décadas, los productores de energía se han centrado en los medios para facilitar el acceso al suministro de energía con el fin de satisfacer la demanda y reducir costes. El énfasis se ha centrado principalmente en la liberalización y la eliminación de las barreras del mercado. Sin embargo, el cambio climático ha hecho hincapié en que el equilibrio entre demanda y suministro se ve amenazada por otro riesgo: la excesiva demanda de energía provoca de manera significativa impactos ambientales y económicos negativos. Esto es debido a que un gran número de usuarios consumen grandes cantidades de energía al mismo tiempo, los proveedores de energía tienen que activar viejas centrales eléctricas que emiten mayores emisiones de gases de efecto invernadero y aumentan los costes del sistema.
En respuesta a este problema, los productores han comenzado a considerar varios enfoques para informar a los usuarios sobre los riesgos de un consumo excesivo en horas punta. El Reino Unido acaba de lanzar unas pautas para “dar un empujoncito” a los consumidores:
- La puesta en marcha de los contadores inteligentes: La retroalimentación inmediata permite a los propietarios tomar decisiones oportunas que repercuten en su impacto económico y ambiental.
- Tarifas diferenciadas por tiempo de uso: Proporciona al consumidor los distintos precios en el momento de consumo según la producción de energía. En Italia se ha lanzado la “Tariffa bioraria” que distingue los picos de los valles haciendo una diferenciación de 2 céntimos entre ambos, esta iniciativa verá la luz el próximo año.
- Incentivos por modificar los tiempos de consumo: En esencia, aquellos consumidores que se comprometan a adaptar sus hábitos de consumo recibirán un premio mayor que aquellos que no.
- Datos de consumo compartidos (a nivel comunitario): Estudiar el consumo histórico de los consumidores en función de distintas variables.
- Segmentar más los pagos por capacidad: Hacer mayor distinción entre los consumidores, conociendo la capacidad contratada para acotar los niveles máximos de consumo.
Estas nuevas medidas pueden ser vistas como “empujones” destinados a aumentar la conciencia sobre los riesgos que conlleva un consumo excesivo. Sin embargo, las medidas reguladoras más intervencionistas están a la vuelta de la esquina. En el futuro, los usuarios de energía podrían ser objeto de sanciones punibles por consumir durante la hora punta e incluso en algunos casos, la obligación de aplicar controladores que limiten el consumo de electricidad u obligar a adoptar fuentes de microgeneración si se requiere un consumo extra.
