Mucho se ha mencionado de la necesidad moderna de renovar las fuentes energéticas existentes y empezar a utilizar fuentes renovables, que sean ambientalmente amigables al tiempo que son capaces de atender con seguridad la demanda de las personas. No obstante, actualmente los estados de la tecnología del sector no han sido capaces de disminuir, significativamente, los costos de producción ni de alcanzar las escalas necesarias para satisfacer cuotas de mercado importante.
Esto es especialmente significativo en el caso de las tecnologías de almacenamiento energético, en cualquiera de sus facetas. Actualmente existen varias tecnologías con potencial de mercado, algunas conocidas de hace tiempo, y tienen cierta capacidad de producción, como son las CAES, las Pilas o el bombeo; además, de otras que si bien no están tan desarrolladas, son percibidas como de gran futuro. La mayoría de estos desarrollos provienen de empresas piloto, o start ups, que utilizan los financiamientos de los Fondos de Riesgo y los beneficios tributarios, o subsidios, que otorgan los gobiernos para desarrollar estas tecnologías.
Sin embargo, no basta solo con el financiamiento de las tecnologías y las empresas, que de hecho puede presentar una transformación a futuro. Como se ha visto en una entrada anterior, uno de los problemas que presentan este tipo de nuevos desarrollos es el establecimiento de relaciones con otros eslabones de la cadena, ya que hasta el momento la industria de almacenamiento se había especializado en conseguir financiamiento y en investigar, mientras seguía teniendo dificultades en las fases posteriores, de modo que tuvieran más impacto en el sector energético y así conseguir nuevos recursos seguir creciendo.
Por esta razón, una característica que se debe plantear para el impulso de estas nuevas tecnologías, en países que no hayan incursionado en tal profundidad como Estados Unidos., es el de establecer relaciones con gran parte de los actores implicados ya sea Estado, Consumidores o a aquellas empresas que estén en la cadena de producción energética (generación, transporte, distribución). Es especialmente importante la manera en que estas tres últimas se integren al desarrollo de este tipo de tecnologías.
Ejemplos claros de como el establecimiento de estas relaciones impulsa a la tecnología se puede encontrar en E.U.A. Así, en el Estado de Maine varias empresas eléctricas, junto al gobierno, han desarrollado nuevos planes de mercadeo hacia el consumidor, de manera que este pueda escoger cuanta energía renovable quisiera usar, a un costo competitivo. Por otro lado, el Estado de Arizona propone un esquema especial de incentivos tributarios a los consumidores, para que utilicen fuentes más verdes.
Si bien es cierto que dichos ejemplos están planteados para la integración de energías renovables, sirven de modelos para en formas en las que las tecnologías de almacenamiento se integren dentro de las redes energéticas de otros países.
