La primera pregunta que el lector puede hacerse al leer el titular es, ¿por qué 3.0? Para entender esta terminología es importante conocer las versiones anteriores a través de un pequeño viaje hacia el pasado.
El coche eléctrico no es ni mucho menos una invención salida de la nada. A principios del siglo pasado gozaba de la misma aplicabilidad que los coches convencionales, sin embargo paradójicamente la entrada del arranque eléctrico en los motores de combustión interna provocó el desplazamiento de los primeros. Esta época la podríamos considerar la primera y por tanto 1.0. La segunda época (2.0) comenzó en los años 90 con un interés reavivado en Francia a través de la Agencia Francesa para el Medio Ambiente y Gestión de la Energía (ADEME) y en California con ZEV (Zero Emissions Vehicle) que impulsó las ventas de algunos vehículos eléctricos.
Nos instalamos definitivamente en la época actual (3.0) impulsada por el gran avance de las baterías de litio. El año pasado se produjo la aparición de dos modelos: el Nissan LEAF (vehículo eléctrico por completo) y el Chevrolet Volt (vehículo eléctrico híbrido). Los primeros datos de la tercera edad de los vehículos eléctricos están llegando y, a la luz de la persistente crisis económica en 2011 y los estrangulamientos en el suministro causados por el desastre de Fukushima, los resultados son sin duda impresionantes. Alrededor de 40.000 vehículos eléctricos fueron vendidos. El mercado se está desarrollando con modelos más nuevos cada mes, está claro que las ventas en 2012 serán cruciales para determinar el camino a seguir.
Los vehículos eléctricos de hoy en día son mucho mejores que los modelos de hace una década, pero los costes siguen siendo altos y la infraestructura está todavía en desarrollo. En los próximos dos o tres años, según cálculos conservadores, se alcanzarán las 100.000 ventas por año a nivel mundial, no obstante el crecimiento será lento. Este lapso de tiempo ayudará a establecer la infraestructura adecuada y a dar a conocer la tecnología, lo que permitirá una expansión mucho mayor a mediados de la década. En 2015, un objetivo global de 1 millón de vehículos eléctricos en la carretera parece razonable, y en 2020 - cuando se prevé que los vehículos eléctricos sean competitivos en costes (o casi) con los convencionales - la meta sería 20 millones. Aún así, 20 millones representa sólo el 2% de los coches del mundo. Será difícil reducir el uso del petróleo y las emisiones de CO2. Con una red eléctrica moderadamente limpia, los vehículos eléctricos deberían ser capaces de emitir sólo 50 gramos de CO2 por kilómetro. Coches eficientes de hoy en día emiten entre 100 y 150 g / km, incluso los híbridos tienen dificultades para bajar de 90 g / km.
¿Cómo adaptarse a los cambios? Adjuntamos dos posibilidades diferentes:
Los vehículos eléctricos son tendencia no sólo por el bien de la eficiencia energética, sino por ser un producto potencial en un mercado competente. ¿Es realmente el momento de los vehículos eléctricos? Aún queda mucho por andar,veremos si las previsiones se cumplen.
