Un proceso de inteligencia competitiva no difiere en exceso del método científico. Cada etapa encaja perfectamente en la idea de la IC, las herramientas difieren, pero igual que lo hacen las herramientas de distintos científicos (un químico y un psicólogo no usan los mismos métodos, aún así siguen siendo científicos). El resultado de un análisis no es más que la refutación o la afirmación de una hipótesis de partida, en el caso del analista el objeto de su estudio. La indagación, la lectura y el aprendizaje forman parte de la experimentación.
Como apreciamos, no hemos inventado nada nuevo, sencillamente adaptado funcionalidades científicas a ámbitos más concretos aplicando reglas metódicas y sistemas eficientes sin por ello contribuir a la destrucción de la creatividad, sino más bien lo contrario. Desde mi punto de vista un científico ha de ser como el artista que sabe transmitir sus emociones a través de su lienzo. Obviamente no todos podemos crear ideas de la nada ni descubrir la pólvora por inspiración, el trabajo en equipo es fundamental para poder dar pasos más grandes a posteriori y la multidisciplinaridad de éste hace que los estudios sean aún más eficaces y completos.
El análisis en sí sólo es la conclusión de todos los pasos previos, que sin lugar a duda son mucho más trabajosos y menos reconocidos. No obstante, saber hilar la información, descartar aquella no válida y saberle sacar el jugo es una habilidad admirable y difícilmente alcanzable. Una de las características que ha de poseer un buen analista es la humildad, la obcecación puede nublar a cualquiera. El árbol no deja ver el bosque, que decía mi abuelo.
En esencia, el análisis es fruto de nuestro esfuerzo y puede tener o no recompensa. Sin embargo un fracaso no ha de suponer una traba insuperable. Si caes, levántate y continúa. Aún no conocí a ninguna persona que aprendiera a correr antes que a andar.
