Hoy y la próxima semana queremos desarrollar las tecnologías bioenergéticas. Si bien no están a la altura de tecnologías incipientes como lo eran la geotermia, la energía mareomotriz o la undimotriz, queremos hacer una disertación semejante para observar la situación de una tecnología mucho más madura.
El estallido de estas tecnologías se produjo 30 años atrás y desde entonces se han alcanzado cotas inimaginables, no obstante no está todo el pescado vendido, existen multitud de ramas que explorar e investigar. En 2009, la generación de bioenergía en la Unión Europea fue de aproximadamente 62,2 TWh, 23,3 TWh de producción eléctrica, y 38,9 TWh de ciclo combinado. Los cuatro países con mayor producción fueron Alemania (11,4 TWh), Suecia (10,1 TWh), Finlandia (8,4 TWh) y Polonia (4,9 TWh)
La biomasa, de origen vegetal, almacena energía luminosa a través de la fotosíntesis. Dependiendo del tipo de materia vegetal, esta energía se puede almacenar como azúcares simples, como almidón, o como la celulosa estructural más compleja, hemicelulosa y lignina (conocidos colectivamente como lignocelulosa) Los azúcares y almidones se utilizan principalmente para alimentos, mientras que los materiales lignocelulósicos se utilizan principalmente como materiales de construcción y de energía. La biomasa es única entre las fuentes de energía renovables, ya que puede ser convertida a base de carbono, combustibles y productos químicos, así como energía eléctrica.
Los recursos potenciales de bioenergía se clasifican en cinco categorías: residuos urbanos, residuos de madera , residuos forestales, residuos agrícolas o herbáceos y cultivos leñosos. Los recursos existentes se encuentran ampliamente distribuidos en la mayor parte del planeta. Los costes de disponibilidad, características y la adquisición de cada uno de estos recursos son muy diferentes. En general, los residuos urbanos y de madera son los menos costosos, seguidos por los residuos industriales, residuos forestales, residuos agrícolas y cultivos energéticos. Esto refleja en gran medida los costes de adquisición, de la producción y cosecha y del procesamiento. no obstante, la incertidumbre que rodea a estas estimaciones es alta debido a que las características de cada terreno son muy distintas.
