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Peleas entre países sobre la venta o compra de gas y/o petróleo

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El Mundo artículo- Pablo Pardo

Hoy en día, el petróleo es caro, rondando los 100 dólares el barril. Pero existe otra fuente de hidrocarburos más barata, con un precio a 20 dólares (donde estaba hace 10 años) que está empezando a ser rentable. Ya hemos hablado de este “nuevo” gas, el gas Pizarra.

Hasta ahora, estábamos acostumbrados a que países en vías de desarrollo usaran y vendieran este tipo de energía a los países desarrollados. Los países en vías de desarrollo eran los productores y los segundos eran los consumidores, sobre todo en gas y petróleo.

Planta de Sabine Pass, en Luisiana (EEUU)

Planta de Sabine Pass, en Luisiana (EEUU)

Pero esto está empezando a cambiar, ahora existe petróleo y gas no convencional (En Canadá y Estados Unidos sobre todo). Es por ello que el reparto del poder esté cambiando. Y eso está empezando a tener impacto en las relaciones entre países. Por ahora, ganan Estados Unidos y Canadá, y pierden Japón y Polonia. En medio plazo, también deberían verse beneficiados Venezuela, Argentina, Rusia e Israel, mientras que los principales perjudicados serían los países de Oriente Medio de la OPEP.

Ahora, Estados Unidos por ejemplo, produce Petróleo y Gas ” no convencional” llamado de otras maneras, como “Gas Pizarra”.  ¿Dónde nos vamos a meter?, ¿en una guerra? Esperemos que no. Por el momento EEUU no quiere que este tipo de gas salga de sus fronteras, primero porque les sale más barato que comprarlo en Oriente, y en segundo lugar  se han dado cuenta que tienen un arma energética con la que jugar con el resto del mundo.

¿Qué está pasando entonces? Que hay otros países que están invirtiendo en la exploración de sus tierras, como Argentina, Colombia o México para ver si tienen lo mismo, si tienen el Oro de los hidrocarburos, tal y como los llaman.

Bueno, podría quedar bien para el futuro de un país, pero es aquí donde empieza la refriega entre países. Tal y como aparece en este artículo, “EEUU no va a vender gas a Japón hasta que Tokio no elimine las limitaciones a la importación de coches estadounidenses”. Ahora mismo eso tiene un objetivo político claro. Barack Obama necesita demostrar en los estados en los que la industria del motor es más fuerte que está dispuesto a defender los intereses del sector. Ah! Y también ocurre otra cosa, aparte de no vender a otros países su nueva joya, no nos podemos olvidar que van a existir elecciones entre Obama y Rommey. El presidente de EEUU no tiene por qué arriesgar su reelección por un proyecto de venta de gas que no se materializaría hasta al menos dentro de cinco años.  Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se han inmiscuido directamente en el mercado del gas mundial.

Esto ha afectado a Japón en un momento en el que ese país es particularmente vulnerable, porque Tokio ha cerrado temporalmente todas sus centrales nucleares tras la catástrofe de Fukushima. Sin embargo, apenas tres semanas después de que EEUU dijera ‘no’ a la exportación de gas natural, Japón ha decidido reanudar las operaciones de sus nucleares. La razón es simple: el gas natural estadounidense cuesta apenas el 13% que el que está importando Japón. Si EEUU no le vende gas, el coste para Japón de eludir la energía atómica puede ser demasiado.

Vemos las “guerras” que empiezan a salir entre países, y aunque Estados Unidos parezca vencedor tampoco lo es tanto. Obama ha decidido aplazar hasta después de las elecciones la decisión final sobre el oleoducto Keystone XL, que permitirá aumentar el flujo de petróleo que llega a  Canadá. La decisión de Obama ha sentado como un tiro a Canadá que, por de pronto, ya ha dicho que va a construir un oleoducto desde la provincia de Alberta, hasta Columbia Británica para poder exportar a Asia su petróleo.Y esto es solo el principio, ya hemos visto cómo se ha comportado Argentina con España a la hora de explotar este tipo de gas.

Es cierto que una de las características de la industria del gas y del petróleo es la aparición, más o menos frecuente, de yacimientos que presuntamente van a cambiar el mercado a nivel mundial y que no lo cambian. Ése ha sido el caso de Alaska y el Mar del Norte en los setenta, el Caspio, Rusia y Asia Central (Kazajistán y Turkmenistán) en los noventa y en la primera década de este siglo.

Algunos de los cambios descritos más arriba no son un cambio estructural. Pero el petróleo y el gas no convencional son fruto de un cambio tecnológico. Y, con él, de la geopolítica de los hidrocarburos que ha marcado a la economía mundial durante las últimas cuatro décadas.

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